La Traviata

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La traviata
Música de Giuseppe Verdi
Ópera en tres actos
Libreto de Francesco Maria Piave, a partir de La Dame aux camélias de Alexandre Dumas hijo

 

 

Argumento

Lugar: París y sus afueras.

Época: alrededor de 1850.

 

Acto I

El salón en casa de Violetta

Violetta Valéry, una cortesana, da una lujosa fiesta en su salón de París para celebrar su recuperación de una enfermedad. Uno de los últimos en llegar a la fiesta es Gastón, un conde, que llega acompañado de su amigo, el joven noble Alfredo Germont, el cual hacía tiempo que deseaba conocer a Violetta, pues la adoraba desde lejos. Mientras pasea por el salón, Gastón le dice a Violetta que Alfredo la ama, y que mientras ella estaba enferma, él la visitó cada día. Alfredo, una vez presentados, le expresa su preocupación por su delicada salud, y luego le declara su amor

El barón, actual amante de Violetta, espera cerca para llevarla al salón donde le piden que haga un brindis, pero él lo rechaza, y la gente se vuelve a Alfredo (Alfredo, Violetta, coro: Libiamo ne' lieti calici — «Brindis»).

 

Desde la habitación vecina, se escucha el sonido de la orquesta, y los invitados se aproximan para bailar. Mareada, Violetta pide a sus invitados que vayan por delante y la dejen descansar hasta que se recupere. Mientras los invitados bailan en la habitación próxima, ella ve su palidez en el espejo. Alfredo entra y expresa su preocupación por su frágil salud, y más tarde le declara su amor (Alfredo, Violetta: Un dì, felice, eterea — «El día que te conocí»). Al principio, Violetta lo rechaza porque su amor no significa nada para ella, pero hay algo en Alfredo que le llega al corazón. Cuando él se marcha, le regala una camelia, y le dice que regrese cuando la flor se haya marchitado. Ella le promete reunirse con él al día siguiente.

Después de que los invitados se han marchado, Violetta analiza la posibilidad de una relación con amor verdadero (Violetta: Ah, fors'è lui — «Quizá sea él»). Finalmente, desecha la idea: necesita ser libre para vivir su vida, día y noche, de un placer a otro (Violetta: Sempre libera — «Siempre libre»). Desde fuera del escenario, la voz de Alfredo se oye cantando acerca del amor mientras baja por la calle.

 

Acto II

Escena primera: en la casa de campo de Violetta en las afueras de París

Tres meses después, Alfredo y Violetta llevan una existencia tranquila en una casa de campo, en las afueras de París. Violetta se ha enamorado de Alfredo y ha abandonado completamente su estilo de vida. Alfredo canta su vida feliz juntos (Alfredo: De miei bollenti spiriti — «De mis salvajes sueños de éxtasis»). Annina, la doncella, llega desde París, y, cuando Alfredo le pregunta, le dice que ella fue allí a vender los caballos, los carruajes y todo lo que Violetta posee para apoyar su estilo de vida en el campo.

 

Al enterarse, Alfredo se siente abrumado y se dirige de inmediato a París para corregir la situación él mismo. Violetta regresa a casa y recibe una invitación de su amiga Flora a una fiesta en París, que será esa tarde. El padre de Alfredo, Giorgio Germont, llega a la casa y exige a Violetta que rompa su relación con su hijo por el bien de su familia, pues la suerte de su hermana ha sido destruida por su conexión con ella, ya que su reputación como cortesana compromete el nombre Germont (Giorgio: Pura siccome un angelo — «Tengo una hija pura como un ángel»). Mientras tanto, él queda impresionado por la nobleza de Violetta, algo que no esperaba de una cortesana. Ella le responde que no puede poner fin a su relación porque lo ama mucho, pero Giorgio le ruega por el bien de la familia. Violetta escucha, con un creciente remordimiento, las patéticas palabras del señor Germont y finalmente se muestra conforme (Violetta, Giorgio: Dite alla giovine — «Di a esa niña tuya») y dice adiós a Giorgio. En un gesto de gratitud por su bondad y sacrificio, Giorgio la besa en la frente antes de dejarla a solas llorando.

 

Violetta decide abandonar a su amado, y le deja a Annina una nota para Flora donde le dice que acepta la invitación a la fiesta y, mientras escribe su carta de despedida a Alfredo, entra este. Apenas puede controlar su tristeza y sus lágrimas; le habla repetidamente de su amor incondicional (Violetta: Amami, Alfredo — «Ámame, Alfredo»). Antes de apresurar su partida a París, entrega la carta de despedida a su sirviente, para que se la entregue a Alfredo.

Pronto, los sirvientes le llevan la carta a Alfredo y, tan pronto como la ha leído, Giorgio regresa e intenta reconfortar a su hijo, recordándole a su familia en Provenza (Giorgio: Di Provenza il mar — «El mar de Provenza»). Alfredo sospecha que el barón está detrás de su separación con Violetta y de la invitación a la fiesta, que él encuentra en la mesa, fortaleciendo sus sospechas. Decide enfrentarse a Violetta en la fiesta. Giorgio intenta detener a Alfredo, pero él sale apresuradamente.

 

Escena segunda: fiesta en casa de Flora

En la fiesta, el marqués le dice a Flora que Violetta y Alfredo se han separado. Pide a los animadores que interpreten para los invitados (Coro: Noi siamo zingarelle — «Somos gitanillas»); (Coro: Di Madride noi siam mattadori — «Somos toreros de Madrid»). Gastone y sus amigos se unen a los toreros y cantan (Gastone, coro, bailarines: È Piquillo, un bel gagliardo — «Fue Piquillo, tan joven y gallardo»).

 

Para ahogar su pena, Violetta, se consume aún más profundamente en su libertinaje. Llega el barón Douphol. Ven a Alfredo en una mesa de juego. Cuando él la ve, Alfredo proclama en voz alta que se llevará a Violetta a casa con él. Sintiéndose enojado, el barón se acerca a la mesa de juego y se une a él en el juego. Conforme apuestan, Alfredo gana grandes cantidades de dinero hasta que Flora anuncia que la cena está preparada. Alfredo se va con puñados de dinero.

Antes de que Alfredo abandone el salón, Violetta le pide hablar con él. Temiendo que la ira del barón le llevará a desafiar a Alfredo a un duelo, ella amablemente le pide a Alfredo que se marche. Alfredo confunde sus temores y se enfrenta a ella, exigiéndole que admita que ella ama al barón. Dolorida, ella lo admite y, furioso, Alfredo llama a los invitados para testificar lo que él tiene que decir (Questa donna conoscete? — «¿Conocéis a esta dama?»). La deshonra tirándole dinero que dice le debe por los servicios prestados mientras vivieron juntos, enfrente de los invitados. Violetta se desmaya abrumada por la enfermedad y la pena. Los invitados riñen a Alfredo: «Vete de una vez, te despreciamos. Has insultado a una noble dama».

 

En busca de su hijo, Giorgio entra en el salón y, sabiendo el significado real de la escena, denuncia el comportamiento de su hijo (Giorgio, Alfredo, Violetta, coro: Di sprezzo degno, se stesso rende — «Digno de desprecio es el hombre»).

Flora y las damas intentan convencer a Violetta para que abandone el salón, pero esta se vuelve hacia Alfredo: Alfredo, Alfredo, di questo cuore non puoi comprendere tutto l'amore — «Alfredo, Alfredo, no puedes entender todo el amor de este corazón».

 

Acto III

Algunos meses después de la fiesta, Violetta aparece en la cama debido al avance de la tuberculosis. El doctor Grenvil le dice a Annina que Violetta no vivirá mucho puesto que su enfermedad ha empeorado. A solas en su habitación, Violetta lee una carta del señor Germont, en la que le dice que el barón sólo fue herido en su duelo con Alfredo; que ha informado a Alfredo del sacrificio que Violetta ha hecho por él y su hermana; y que él envía a su hijo a verla tan pronto como sea posible para pedir su perdón (Violetta: Teneste la promessa — «Habéis mantenido la promesa»). Pero Violetta siente que es demasiado tarde (Violetta: Addio del passato — «Así se cierra mi triste historia»).

Annina se apresura a la habitación para decir a Violetta que ha llegado Alfredo. Los amantes quedan reunidos y Alfredo sugiere que ellos abandonarán París (Alfredo, Violetta: Parigi, o cara, noi lasceremo — «Querida, dejaremos París»).

 

Pero es demasiado tarde: ella sabe que su tiempo se ha agotado (Alfredo, Violetta: Gran Dio! morir sì giovane — «¡Oh, Dios! Morir tan joven»). El padre de Alfredo entra con el médico, lamentando lo que ha hecho. Después de cantar un dúo con Alfredo, Violetta revive rápidamente, exclamando que el dolor y la incomodidad la han abandonado (Violetta, Alfredo, Germont, Anina, Grenvil: Prendi, quest'è l'immagine — «Toma, esta es la imagen de mis días pasados»). Un momento después, ella muere en brazos de Alfredo.

Programa y reparto

Director musical: Francesco Ivan Ciampa
Director escénico: Sofia Coppola

 

Director de coro: Ciro Visco
Escenografía: Nathan Crowley
Asistente de escenografía: Leila Fteita
Vestuario: Valentino Garavani, Maria Grazia Chiuri y Pierpaolo Piccioli
Coreografía: Stéphane Phavorin
Iluminación: Vinicio Cheli
Video: Officine K
Asistente de dirección: Marina Bianchi

 

Reparto
Violetta Valéry: Ermonela Jaho 21, 26, 30 / Nadine Sierra 24 / Ekaterina Bakanova 23, 25, 27, 28
Alfredo Germont: Dmitry Korchak 21, 23, 28, 30 / Xabier Anduaga 24, 26 / Antonio Poli 25, 27
Giorgio Germont: Enkbath Amartuvshin 21, 23, 26, 28, 30 / Luca Salsi 24 / Misha Kiria 25, 27
Flora: Maria Elena Pepi*
Annina: Sofia Barbashova*
Barón Douphol: Arturo Espinosa
Marqués d’Obigny: Alejo Álvarez Castillo
Gastone: Jiacheng Fan*
Doctor Grenvil: Dayu Xu*
Después del proyecto Fabbrica – Young Artist Program del Teatro dell’Opera di Roma*

 

Orquesta, Coro y Cuerpo de Baile del Teatro dell’Opera di Roma
Una producción del Teatro dell’Opera di Roma
Producción de Valentino Garavani y Giancarlo Giammetti
Gracias a la Fondazione Valentino Garavani e Giancarlo Giammetti y Valentino S.p.A.

Teatro de la Ópera de Roma - Teatro Costanzi

El Teatro dell'Opera, conocido históricamente como teatro Costanzi es un teatro de ópera de Roma, Italia. Fue inaugurado el 27 de noviembre de 1880 en presencia del rey Humberto I de Italia y de la reina Margarita Teresa con la Semiramide de Rossini, y ha sido sede de importantes estrenos.

 

El teatro de la Ópera de Roma fue originalmente conocido como el Teatro Costanzi por su constructor, el empresario Domenico Costanzi (1810-1898). Fue financiado privadamente por Constanzi, quien le encargó el proyecto al arquitecto milanés Achille Sfondrini (1836-1900), un especialista en la construcción y renovación de teatros. Sfondrini prestó especial atención en su proyecto a la acústica de la sala, que originalmente tenía un aforo de 2.212 espectadores, planta de herradura, tres pisos de palcos, un anfiteatro y dos galerías, que culminaban en una cúpula decorada con frescos de Annibale Brugnoli.

 

Costanzi se encargó personalmente de la gestión del teatro, y durante su mandato se produjeron importantes estrenos mundiales, como el de Cavalleria rusticana, de Pietro Mascagni. A la muerte de Costanzi, su hijo Enrico se hizo cargo de la empresa del teatro, produciéndose en su etapa el mayor acontecimiento de la historia del teatro: el estreno de Tosca, de Giacomo Puccini (14 de enero de 1900).

 

En 1907, el Teatro Costanzi fue adquirido por el empresario Walter Mocchi. A partir de 1912, la esposa de Mocchi, la soprano Emma Carelli se encargó de la dirección. Durante su gestión se puede destacar la primera representación en Italia de Parsifal, de Wagner, y la visita de Les Ballets Russes de Diaghilev.

 

En 1926 el teatro fue adquirido por el Ayuntamiento de Roma, que cambió su nombre a Teatro Reale dell'Opera. Fue parcialmente reconstruido, y reabierto el 27 de febrero de 1928 con Nerone, de Arrigo Boito. la reconstrucción consistió, fundamentalmente, en la demolición del anfiteatro, para añadir un cuarto piso de palcos, la redecoración de toda la sala, además de la instalación de una gran lámpara, de cristal de Murano, de 6 metros de diámetro. Además, en el exterior, se abrió una nueva entrada principal en la actual Piazza Beniamino Gigli.

 

Tras la proclamación de la república, el nombre del teatro se cambió a Teatro dell'Opera. En 1958, con motivo de la celebración de los Juegos Olímpicos en 1960, se acometió una segunda reconstrucción, que cambió radicalmente el estilo del exterior, construyendo la fachada actual, la entrada y el foyer. Manteniendo la legendaria acústica de la sala, se restauró la decoración en estuco, se instaló un sistema de acondicionamiento de aire, se ensanchó el proscenio y se dejó el aforo en las actuales 1.600 butacas.

 

Cómo llegar Teatro dell'Opera 
Piazza Beniamino Gigli, 7 

METRO 
Linea A - REPUBBLICA Teatro dell'Opera detener 

BUS 
Via Nazionale - H, 40, 60, 64, 70, 71, 170, 116T 
Vía Depretis - 70, 71 
Via Cavour - 16, 75, 84, 150 (Festivo), 360, 590, 649, 714 
Stazione Termini - 16, 38, 75, 86, 90, 217, 310, 360, 649, 714 

TAXI 
número de teléfono - 06,3570

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